jueves, 25 de junio de 2009

El arte, una expresión del alma


Diego García es un joven escultor de 25 años, quien desde muy temprana edad se sintió atraído por este arte, que dice llevar en sus venas.

Su madre, María Álava, recuerda que desde que Diego tenía nueve años le gustaba mucho formar figuras con lo que encontraba, y amaba dibujar. Ella confiesa que no deja de sorprenderse con las creaciones de su hijo, pero dice que las cosas serían más prometedoras si autoridades e instituciones apoyaran y fomentaran este tipo de talentos.

Diego no se dedica de lleno a esta actividad, sólo lo hace cuando tiene pedidos especiales, es entonces cuando emprende su viaje hacia las montañas del Ciento Tres, un pueblo que se encuentra en el cantón Pichincha, a donde va en busca de barro, material con el que da vida a sus ideas.Luego de tener la materia prima suficiente para trabajar, él regresa a su casa, donde con sus manos y sin la ayuda de moldes o máquinas especiales, empieza a darle forma al material.

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