martes, 7 de julio de 2009

Fernando Ureña Rib



No se repite ni rompe con su pasado pictórico. Manteniendo un estilo y una imagen inconfundibles, el suma las etapas anteriores en un extraordinario enriquecimiento plástico. Una paleta exquisita "instrumenta" racimos de formas. Formas superpuestas, contiguas. Formas en evolución , configuradas dentro de una mayor o menor complejidad. Preeminentemente orgánicas, pero con un subyacente toque de geometría.Son espacios sicológicos, no solo físicos. El espectador es confrontado simultáneamente con imágenes que se funden en una continua superposición de imágenes fugaces que se mueven en la misma progresión musical del staccato y se produce en él el perturbador efecto de un proyector de películas de cine cuyas imágenes van quedando lentamente paralizadas.

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