viernes, 28 de agosto de 2009



El Pabellón de Cristal del Itchimbía con la muestra tiene un aspecto caleidoscópico y estimulante para la reflexión y el deleite estético e intelectual. Sorprende el escaso número de cuadros tanto como el impacto de un gran vitral, la finura metafórica de enormes textiles, las ironías sobre el poder, el drama de los que se van y de los que se quedan. La admiración se centra en la fabulación de los pequeños objetos recreados, des-funcionalizados y alterados en su esencia significante. La ironía esta presente en algunas propuestas y también la poetización de las trivialidades mundanas.

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